El Legado de Karl Lagerfeld y el Futuro de la Moda

El mundo de la moda se entristeció profundamente por el fallecimiento de Karl Lagerfeld. Fuerza creativa en Chanel y Fendi, Lagerfeld fue un reconocido diseñador, fotógrafo, ilustrador y escritor. Su muerte marca un momento monumental en la historia de la moda, dejando un vacío que probablemente nunca se llenará. Esta pérdida también presenta una oportunidad para reevaluar el concepto de un ícono de la moda.

Philippa Snow, en un artículo para i-D Magazine, llamó a Lagerfeld el «último descendiente» de un linaje de «excéntricos chic». Observó que transformó su personalidad única y su «maldad de supervillano» en alta costura. Sin embargo, en el clima actual de conciencia social, el arquetipo tradicional de la figura de la moda «haute-cruel» se está volviendo obsoleto.

La moda, como todas las formas de arte, ofrece un elemento de escapismo. Si bien es crucial responsabilizar a los artistas por el impacto en el mundo real de sus creaciones, especialmente a medida que surgen nuevos líderes, también es importante considerar hasta qué punto esperamos que estén arraigados en la realidad.

La inmensa influencia de Lagerfeld lo protegió de las críticas por sus declaraciones a menudo controvertidas. Él declaró abiertamente su desdén por aquellos que no podían «seguir la evolución del tiempo y el estado de ánimo» y expresó su escepticismo sobre el movimiento #MeToo. Estas declaraciones, en lugar de ser condenadas, se convirtieron en parte integral de la «marca Karl».

En el tumultuoso clima político y social actual, se espera que los diseñadores no solo posean visión artística, sino que también se alineen con los valores de la sociedad. Deben navegar por las complejidades del abastecimiento ético, las prácticas sostenibles y el marketing auténtico. El fallecimiento de Lagerfeld obliga a un examen crítico de cómo los diseñadores cultivan su imagen y cómo la industria da forma a sus marcas.

El bienestar de las modelos debe seguir siendo una prioridad, independientemente de las tendencias de la industria. La respuesta desdeñosa de Lagerfeld a las acusaciones de acoso sexual contra otra figura de la industria destaca una preocupante falta de consideración por la seguridad de las modelos. Los diseñadores emergentes deben estar sujetos a un estándar más alto, priorizando el trato ético de su fuerza laboral sobre el beneficio personal o las personalidades más grandes que la vida.

Florence Welch, Anna Calabrese y Brad Kroenig compararon a Lagerfeld con un halcón, un león y un híbrido de león y zorro, respectivamente. Estas comparaciones capturan la esencia de su imponente presencia. Como escribió Rachel Syme en The New Yorker, Lagerfeld no solo quería trabajar en la moda; quería gobernarla. Lo logró al establecerse como el máximo árbitro del gusto, dictando tendencias y ungiendo a la próxima generación de «it girls», desde Vanessa Paradis y Kate Moss hasta Lily Depp. Su estatus icónico se vio reforzado por la presencia constante de modelos jóvenes y de rostro fresco.

Si bien Lagerfeld se resistió a la etiqueta de artista, es el tributo más apropiado a su prolífica e influyente carrera. Sin embargo, las analogías de animales depredadores utilizadas por quienes lo conocieron requieren un cambio en la industria. El mundo de la moda debe confrontar el alcance del poder que otorga a sus líderes.

A pesar de su inclinación por la fantasía y la extravagancia, la moda es en última instancia un negocio. Sus líderes tienen una responsabilidad para con aquellos que están dentro y son afectados por la industria. El legado de Lagerfeld impulsa una conversación crucial sobre el poder, la responsabilidad y el futuro del mundo de la moda.

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